Cómo se hace una prueba de ADN de paternidad

Una prueba de paternidad puede cambiar tu vida por completo, es una cuestión de un ámbito muy delicado. A continuación, desde Ampligen vamos a explicarte como se hace una prueba de ADN de paternidad. Estas se hacen a raíz del ADN de las personas implicadas, analizándolo y comparando cuanto tienen en común

Test de Paternidad Legal

¿Cómo se hace una prueba de paternidad?

Te explicamos el proceso para hacer una prueba de paternidad. Infórmate del proceso para llevar a cabo este tipo de tests, desde la recogida de muestras de ADN, hasta la interpretación de los resultados indicando las técnicas utilizadas. Si tienes cualquier duda sobre cualquier aspecto ponte en contacto con nosotros y te la resolveremos.

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Tipos de Pruebas de Paternidad

Qué tipos de pruebas de ADN de paternidad puedes solicitar

La forma de hacer un estudio de estas características es muy sencilla, dependerá del uso que se le quiera dar. No es lo mismo necesitar una prueba para tu propio conocimiento e información personal, que necesitarla para poder utilizar el resultado de la misma, en un procedimiento judicial.

Prueba de paternidad privada, personal o confidencial

Desde 200€

Se hará cuando así lo quiera el solicitante y no se podrá utilizar en un procedimiento legal. En este tipo de pruebas no constan los nombres de las personas analizadas en el informe.

Prueba de paternidad legal, para uso judicial u otros

Desde 225€

Es cuando el solicitante necesita que se acredite de forma completa que personas han sido sometidas al análisis, y poder así aportar el informe en un procedimiento legal (generalmente judicial). Para ello es imprescindible garantizar la cadena de custodia desde la toma de las muestras hasta la emisión del informe por el laboratorio.

La toma de las muestras a analizar solo puede ser realizada por profesionales que identificarán las mismas y certificarán la identidad de las personas a las que se les han tomado y procederán a su custodia para garantizar en todo momento su autenticidad e integridad.

Test de Paternidad pRIVADA

Cómo se hace una prueba de ADN

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Toma de muestras

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Análisis y resultados

Recepción de informe

Para realizar una prueba de paternidad, es fundamental tener muestras del presunto padre y del hijo; la muestra de la madre no es necesaria.

El método más habitual y recomendado es el frotis bucal, que consiste en recoger saliva del interior de la mejilla con un bastoncillo de algodón. Es sencillo y muy fiable.

También es posible obtener ADN de muestras alternativas como uñas cortadas, pelos arrancados (con raíz), colillas, cepillos de dientes o manchas de sangre.

Si se utilizan estas muestras, es crucial guardarlas en una bolsa desechable para evitar la contaminación. No necesitan refrigeración, pero deben enviarse al laboratorio lo antes posible.

Las pruebas de paternidad por ADN son extremadamente precisas, con una fiabilidad superior al 99.999%.

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Tipos de Pruebas de Paternidad

¿Cómo prepararse para un test de ADN?

Cuando se realiza un test de paternidad, suele existir una duda razonable por alguna de las partes involucradas de que el presunto padre sea realmente el padre biológico. Es importante ser conscientes de las implicaciones que podrían tener los resultados si se obtienen unos que no se esperaban. No sólo en términos legales (por la custodia del menor, la pensión, herencia, etc.) sino por los cambios en la vida de las personas involucradas, especialmente si existen vínculos afectivos entre el padre e hijo.

Principales implicaciones a considerar

Conciencia

Existe la posibilidad de que el presunto padre no sea el padre biológico. Es vital prepararse para ese escenario.

Legal

Los resultados impactan directamente en la custodia, pensiones, herencias y otros aspectos legales.

Protección del menor

En muchos países existen restricciones legales para proteger el bienestar y la situación económica del hijo.

Ante todo, debido a la complejidad de estas situaciones, recomendamos encarecidamente hablar con todas las partes involucradas antes de realizar la prueba. Establecer pautas y expresar cómo actuarían en los distintos escenarios puede ayudar a gestionar el resultado.

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¿Qué tecnología se usa para analizar el ADN?

El perfil de ADN o huella genética, desarrollado en 1985, es un patrón único (similar a un código de barras) que nos permite identificar a una persona y establecer sus relaciones biológicas de parentesco de forma científica.

Aunque sus aplicaciones son muy diversas (desde la ciencia forense en crímenes hasta investigaciones históricas), su uso más destacado es en las pruebas de paternidad para resolver conflictos de filiación.

A continuación, nos centraremos en los aspectos clave de cómo usamos esta tecnología para las pruebas de paternidad: los marcadores moleculares, las técnicas de laboratorio y la interpretación de resultados.

La composición del ADN es perfectamente conocida: una doble hélice que gira sobre sí misma y que contiene información codificada por cuatro moléculas o nucleótidos: A, G, C y T (adenina, guanina, citosina y timina). El ADN es importante porque su información es imprescindible en el funcionamiento celular, contiene las instrucciones necesarias para la síntesis de las proteínas encargadas de realizar las diferentes funciones celulares, ya sea en forma de enzimas, hormonas, receptores, etc.

Cada uno de nuestros padres nos aporta la mitad de nuestro material genético. Dicho material genético está en el núcleo de todas nuestras células, por lo que, al menos en teoría, es factible realizar una prueba de ADN a partir de cualquier tejido de nuestro cuerpo.

Aunque el genoma completo de una persona contiene 6.400 millones de nucleótidos solo una pequeña parte se “expresa” para formar proteínas (menos del 5%); a los fragmentos del genoma con una secuencia de nucleótidos que sirven para formar una proteína se les denomina genes.

Dado el gran número de nucleótidos que contiene el genoma, es evidente que tiene un gran potencial en las tareas de identificación de personas. De hecho las pruebas paternidad mediante ADN consisten en el análisis de secuencias altamente variables de ese genoma en las que los individuos de una población pueden tener formas diferentes a las que se denominan alelos.

Estas secuencias al ser heredadas de nuestros padres, también pueden ser utilizadas para establecer relaciones de parentesco, por lo que se les conoce como marcadores genéticos o marcadores moleculares. Cabe señalar que para cada marcador una persona tendrá dos alelos, uno heredado de su madre y el otro de su padre; la combinación de alelos que recibimos de nuestros padres recibe el nombre de genotipo.

En concreto las secuencias o marcadores que utilizaremos para realizar una prueba de paternidad mediante ADN tienen como particularidad el tener repeticiones cortas en tandem denominadas STRs (short tandem repeats) o microsatélites. En el genoma de cualquier persona hay miles de STRs que pueden ser utilizados como marcadores moleculares.

Los STRs se componen de secuencias cortas repetidas, por ejemplo AATT, formando alelos que se nombran por el número de veces que se encuentre la secuencia repetida: así por ejemplo, el alelo 8 tendrá ocho veces esta secuencia (AATTAATTAATTAATTAATTAATTAATTAATT).

En una población pueden existir varios alelos 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, etc. El par de alelos o genotipo de una persona para cada marcador STR (por ejemplo 8/9), permite diferenciarlo o establecer su relación con otras personas. Cuando los dos alelos de un marcador son diferentes se dice que su genotipo es heterocigoto; mientras cuando las repeticiones son las mismas en ambos alelos se dice que su genotipo es homocigoto para el STR en cuestión.

Un hombre y una mujer que sean heterocigotos para un marcador determinado, podrían trasmitir a su hijo cuatro combinaciones diferentes, esta circunstancia nos permite diferenciar entre personas estrechamente relacionados. Un perfil de ADN, también llamado huella genética se genera obteniendo los genotipos de varios STRs, lo que da lugar a un código que presumiblemente puede llegar a ser único e irrepetible (9/9, 11/13, 16/22, 21/27, etc). Hay que señalar que el rango de alelos de cada STR puede ser diferente, por ejemplo, para un marcador dado los alelos pueden ir del 8 al 13, mientras para otro marcador las repeticiones van del 11 al 30.

La forma en que vamos a obtener un perfil de ADN se basa en obtener millones de copias de esas secuencias del genoma que nos permiten distinguir a las personas, los marcadores STRs. La técnica que utilizamos nos permite copiar el ADN in vitroy se conoce por sus siglas PCR (reacción en cadena de la polimerasa).

La PCR consiste en calentar, durante varios ciclos, el ADN obtenido de las muestras y el proceso sigue los siguientes pasos, en cada ciclo:

En cada ciclo del PCR se duplica la secuencia de interés (STRs), por lo que en solo 25 ciclos teóricamente tendríamos millones de copias, de lo que se conoce como producto amplificado, y que facilitará análisis posterior.

Para el análisis post-PCR tenemos que recordar que los alelos STRs se diferencian por el número de veces que se repite una secuencia, esto significa que el tamaño o longitud va a ser diferente de un alelo de otro.

Para poder visualizar estas diferencias se utiliza la técnica de la electroforesis, técnica que permite que separemos moléculas en un gel por acción de un campo eléctrico en base a la carga y tamaño de la molécula; las moléculas más pequeñas corren más rápido, mientras las grandes se van retrasando.

Para ello a la vez se han colocado en el gel fragmentos cuyo tamaño conocemos, también llamados marcadores de peso molecular o estándar de tamaño, y/o una mezcla de los diferentes alelos posibles para los STRs que se están analizando, y que se conoce como ladder, con lo que resulta relativamente sencillo definir los alelos/genotipos.

La electroforesis en una prueba de ADN se ha realizado de dos formas: 1) por geles verticales de poliacrilamida, técnica que ya casi no se usa, y 2) electroforesis capilar (EC), cuyo proceso es más preciso y automatizado, por lo que constituye el método más utilizado por los laboratorios de genética forense.

Por último, para ver el ADN amplificado (STRs) y sometido a electroforesis es necesario teñirlo; existen métodos tradicionales como la tinción con nitrato de plata de los geles de poliacrilamida, o más sofisticados que involucran la detección de fluorescencia añadida durante la PCR y que se detecta en sistemas automatizados de electroforesis capilar.

Una vez que hemos obtenido los perfiles (en Ampligen les llamamos los DIG – documentos de identidad genética) realizaremos una comparación de los ADNs obtenidos para determinar la relación entre un supuesto padre y un hijo en disputa. Podemos tener dos resultados posibles al comparar sus perfiles:
Qué en al menos tres marcadores no exista ninguna coincidencia entre los alelos/genotipos del supuesto padre e hijo, lo que llamamos exclusión, y descarta de inmediato la paternidad biológica.

Que sí coincida el padre con el hijo en al menos un alelo en todos los marcadores analizados, lo que se interpretará como que el supuesto padre es el padre biológico del hijo en disputa. Pero ojo, antes de llegar a esta conclusión debemos realizar una valoración bioestadística del caso que nos permita contestar la siguiente pregunta: ¿qué tan probable es que el perfil de ADN de cualquier persona, que NO sea el padre biológico, hubiera coincidido por azar o casualidad con el perfil de ADN del hijo en disputa?

Para hacer esta valoración es necesario conocer con que frecuencia se presentan en la población los alelos que concuerdan entre el supuesto padre e hijo. Para entender la importancia de estos datos poblacionales en la interpretación de una prueba de paternidad pondremos un ejemplo: supongamos que en una prueba de paternidad el alelo coincidente entre el supuesto padre e hijo lo tienen también el 95% de las personas de la población (por ejemplo española), ¿podemos pensar que esta sería una prueba contundente de la paternidad?, evidentemente no, es mas lo consideraríamos una evidencia muy débil que no permitiría establecer conclusiones, ya que la mayoría de los varones podrían coincidir con el hijo.

Al contrario, si el alelo concordante entre el supuesto padre y el hijo es muy infrecuente y solo aparece en 1 de cada 10000 personas, la evidencia sería valiosa para establecer la paternidad, ya que sería muy poco probable que hubiera coincidido con el hijo en el caso de que no fuese el padre realmente.

Las frecuencias de alelos en las poblaciones se obtienen de estudios realizados en el territorio donde se van a realizar las pruebas de ADN y, lo ideal es que preferentemente, hayan sido publicadas en revistas científicas serias. En España y otros muchos países ya se dispone de varios estudios que permiten hacer esta valoración.

Últimamente se observa, entre las ofertas de pruebas de paternidad que realizan algunas empresas, la utilización de 16 marcadores y versiones “premium” con 22 marcadores, estableciendo una presunta relación de “mas calidad” en función del número de marcadores utilizados. En nuestra opinión esto es una estrategia de marketing para inducir la contratación de pruebas mas costosas, ya que con 16 marcadores es mas que suficiente, y solo casos muy complejos obligan a utilizar un mayor número. De hecho si disponemos de la muestra de la madre, a menudo, se necesitarían menos aún.

El FBI, entre otros organismos, utiliza 13 STRs para la identificación genética humana que constituyen el CODIS, los cuales son suficientes para resolver la mayoría de los casos de paternidad, pero tienen mayor poder de discriminación los que recomiendan organismos europeos.

Sin embargo, en realidad el número de marcadores depende de cada caso, pudiendo ser menor o mayor a 13 marcadores; en realidad lo importante es llegar a una conclusión lo suficientemente confiable. Y, ¿cuándo es suficientemente confiable?, pues es subjetivo.

Hasta hace pocos años se empleaban algunos enunciados para interpretar el porcentaje de paternidad (W); los más famosos son los postulados de Hummel, donde W>99,73% (equivalente a un IP de 400) se traducía como “paternidad prácticamente probada” y era límite máximo para valorar W. El desarrollo científico tecnológico hace que estos enunciados se mantengan, pero como esos valores se consideren obsoletos e insuficientes se ha ido aumentando en todos los laboratorios ese W.

Actualmente entre los laboratorios hay dos tendencias: 1) reportar el valor de W o IP obtenido a partir del sistema genético ofertado o 2) fijar un límite mínimo, por ejemplo de 1.000 o hasta 10.000 para el IP. en caso de no llegar al límite mínimo establecido se procedería a incrementar el número de marcadores analizados, hasta alcanzar una exclusión clara o un valor aceptable de IP.

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